miércoles, 19 de septiembre de 2012

Camalote

    Buenas y malas noticias. La buena, es que por fin llueve. En tres días, las lechugas hay que empezar a atarlas y las coles están a punto de repollar, pero... la mala es el camalote.

    Desde el año 2004, empezamos a ver en las vegas bajas del Guadiana una planta ciertamente bonita que bajaba lentamente flotando por el río. En nuestra zona, el río se ensancha y la corriente se reduce. Además las orillas, plagadas de arbustos con las raices casi al aire (en una imagen que reproduce a pequeña escala un manglar), son muy apropiadas para que la planta se enrede y facilite su reproducción.
    Se trata del camalote, o jacinto de agua. También llamado aguape o aguapey por los nativos sudamericanos, es una planta invasora, endémica del río Amazonas y el Paraná.
    Ha llegado a España importado por las floristerías. Se empezó a utilizar en estanques debido a su rápido crecimiento y a lo vistoso de sus flores.

    En el río Guadiana, parece que alguien, negligentemente, echó restos de la planta en la zona de Don Benito, y ha contaminado unos 150 Km río abajo. El problema de esta especie considerada una de las más nocivas e invasoras del mundo según la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza es que además de reproducirse por semillas, que quedan en el fondo del río, se reproduce por estolones que generan nuevas plantas. Si se rompen al retirarlas, tambien de cada trocillo que quede en el agua se generará otra planta. Pongo dos fotos de la misma zona con 9 días de diferencia para que se vea al ritmo al que crecen.

    Esta foto es del día 18 de Octubre, y se puede ver como ya se va acumulando en las orillas. La siguiente es del 27 de Octubre. Hay que decir que Confederación Hidrográfica del Guadiana está empezando a retirarlo con unas barquitas que a todas luces son insuficientes, y lo sacan a la orilla en montones para que se seque. Esperemos que alguna riada no lo devuelva al cauce.

    Desde mi punto de vista, las administraciones no han tomado consciencia de este problema. Unos dicen que es beneficiosa para el río, porque sus raices sirven de cobijo a peces y animales acuáticos, depuran el agua, evitando la contaminación y pueden servir como alimento al ganado, forraje e incluso se podría utilizar como biomasa (se me abren las carnes imaginando lo que puede hacer algún desalmado que intente sacar suculentos beneficios propagando la hierbecita por todos los humedales españoles).

    Sin embargo, yo pienso que es una aberración introducir una especie extranjera en los ríos españoles. La experiencia demuestra que siempre que se ha hecho algo así, ha sido perjudicial para todas las especies tanto animales como vegetales autóctonas. Se introdujo a principios del siglo pasado la gambusia, un pez que se comía las larvas del mosquito para impedir el paludismo, y al ser una especie tropical ovovivípara, eliminó gran parte de los huevos de nuestros peces. Especies como el percasol, el black bass o el pez gato hicieron lo propio.
    Esta planta es el habitat natural de anacondas, cocodrilos, pirañas, tortugas etc., y todos sabemos que en las tiendas de animales, cada vez es más frecuente encontrar todo este tipo de animales exóticos. Cuando crecen, se convierten en un problema en casa y muchos optan por tirarlos al río. Como resultado, ya se está apreciando una disminución de los galapagos autóctonos (galápago leproso
mauremys caspica y galápago europeo emys orbicularis) desplazados por la tortuga de oreja roja que es tropical y mucho más voráz.

    De la misma manera pueden desaparecer otros animales y plantas. Creo que no beneficia para nada la oxigenación del agua. Provoca que se estanque y las plantas muertas facilitan la contaminación por descomposición. Eso sin contar con los daños que causa a los agricultores, taponando captaciones de agua, arquetas, acequias y canales.
    Sirva por tanto este artículo como un toque de atención. Desde el 2004 estamos denunciando la situación, y llevamos ya 7 años haciendo el paripé con cuatro barquitas retirando plantas. De una vez por todas urge un observatorio del camalote que vigile permanentemente y evite su propagación para erradicarlo del Guadiana.

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