Los dos manzanos que tengo son de
una variedad conocida como Royal Gala, que procede de Nueva
Zelanda y es fruto de un cruce entre dos variedades, Red Delicious
y Kidds Orange Red. Las características organolépticas
de esta manzana son excelentes. Es crujiente y con un sabor muy
dulce e intenso. Además aguanta tres o cuatro meses en el
frigorífico con muy poca merma.
El árbol no tiene unos
requerimientos especiales. Aguanta perfectamente con riegos
regulares no muy intensos y se desarrolla muy bien en terrenos
arenosos y bien drenados. Se adapta muy bien a la poda tanto en
copa como en palma, y aunque puede alcanzar los 15 metros de
altura, es más conveniente limitarlo a 3-5 metros.
Como
ya vimos en el capítulo de las flores ,
comienza a despertar del letargo invernal a finales de marzo o
primeros de abril. Para entonces los troncos de los árboles
los tendremos pintados de cal y el pie del árbol libre de
hierbas.
En el transcurso de la maduración
de la manzana, sólo vigilaremos los parásitos y que
no aparezcan hongos en las hojas. Para ello nos viene bien el
tratamiento habitual con purines de ortiga. Cuando las manzanas
tienen un par de centímetros se procede al entresacado,
dejando sólo una manzana cada 10 cm. –esta es la
parte que peor llevo, porque me da mucha pena, por eso, en
demasiadas ocasiones nos quedamos con fruta muy pequeña,
porque no entresaco lo suficiente-.
A finales del verano, la fruta va
cogiendo color. Primero amarillo-verdoso y después ese tono
rojo-anaranjado que la hace tan apetecible.
Casi sobra que digamos los
beneficios de la manzana. Es suficiente con destacar su agradable
sabor. No conozco a casi nadie que no le guste, y tiene tantas
propiedades que sólo las enumeraremos. Fibra soluble, ayuda
a combatir el colesterol, es tolerada por diabéticos,
elimina las toxinas, refuerza el sistema inmunitario, estimula los
jugos gástricos, combate la anemia, la artritis y las
úlceras. Contiene fructosa y sacarosa, calcio, hierro,
fósforo, magnesio, potasio, etc.
Cuando tenemos digestiones
pesadas, nada como una manzana, cuando tenemos el estómago
vacío, nada como una manzana, después de una
indigestión, tras los vómitos, cuando hace calor,
cuando no sabemos qué comer, a cualquier tiempo entre
horas... nada como una manzana.
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