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lunes, 15 de abril de 2013

La acelga de penca roja.


            Recién llegado a mi campo, antes de comenzar con la afición de la huerta, los lugareños me comentaron que en esta tierra, hace años, el antiguo propietario cultivaba una rara variedad de acelga muy llamativa y que tenía un sabor intenso, que no llegaba a picar pero muy agradable al paladar.

            Un día, haciendo los trabajos habituales de desherbado, me topé con unos brotes rojizos de algo que parecía una acelga, y comencé la observación. 
Pasadas unas semanas, el tono rojizo se fue convirtiendo en verde, y los tallos en rojo más intenso. Ese año, dado lo seco del terreno y que habían nacido en una zona que no tenía intención de sembrar, se secaron antes de que pudiera recogerlas como cosecha y ver a que sabía.
            Al año siguiente, volví a fijarme en la zona, y volvieron a aparecer brotecillos. Esta vez, lo trasplanté a un surco bien cuidado y con riegos regulares, dándole el mismo tratamiento que al resto de las acelgas que cultivo.
            La planta creció lo suficiente como para poder cortarle algunas hojas y probarlas. Efectivamente tenía un sabor más intenso que las acelgas amarillas, y decidí recuperar esta especie. Pacientemente, esperé a que formara las semillas.
            Este año, he conseguido suficientes plantones como para llenar un surco, y ya estamos empezando a degustar esta bonita variedad de acelga.
             La acelga de penca roja, es de una variedad llamada ruibarbo con las mismas propiedades que el resto de acelgas. Ha sido posible su recuperación gracias a la propiedad que tienen las semillas para aguantar en letargo durante mucho tiempo debido a que se encuentran encerradas en una cápsula, consistente en una bola de pinchos –que es lo que vulgarmente conocemos como semilla, pero que en realidad contiene tres o cuatro-.
            Pero esto que parece un logro importante, por lo que supone la recuperación de una variedad que por rara, podría desaparecer, no tiene en absoluto mérito. En todo caso, el mérito es de ella, porque ha sido capaz de sobrevivir en Extremadura, con lo tórrido de nuestros veranos, años hasta que ha encontrado las condiciones favorables.
            Espero obtener este año una buena provisión de semillas para los sucesivos.

            Edito para incluir una foto del revuelto que me ha preparado la parienta. Sólo lleva las acelgas, algo de cebolleta, ajo, unas gambas peladas y unas sabanitas de queso ligth. 

  Por el color, parece que lleva jamón, pero no es así. Un sabor espectacular.


lunes, 8 de abril de 2013

Con el agua al cuello


            Que llueva en Extremadura, ya es una novedad. Que lo haga de esta manera es bastante inusual. Pero que el Guadiana, con una de las cuencas más reguladas de España, provoque inundaciones no conocidas desde antes que se hicieran los embalses, levanta las suspicacias de cualquiera.
            Supongo que no debe ser nada fácil controlar el cauce de un río tan “especial” como el Guadiana. Aún no se ponen de acuerdo los eruditos de dónde nace: si es consecuencia de la confluencia de los ríos Cigüela y Záncara, unidos a los acuíferos y que desembocan en las Tablas de Daimiel, o si nace directamente en Lagunas de Ruidera. 
      
Por tanto, prever tal cantidad de escorrentías que contribuyen al aumento del cauce, se me antoja complicado. Bien es cierto que han tenido años de experiencia, y la regulación de los embalses para que estas cosas no pasen.
             De cualquier manera, lo que a nosotros nos importa, son los daños que puede causar, y me consta que han sido cuantiosos. Para muchos de mis vecinos ha sido catastrófico. Terrenos anegados que no solo han acabado con las incipientes cosechas de trigo, sino que también han dejado los campos de cultivo convertidos en pedregales de grava. En mi caso, no he tenido problema con la crecida. Sin embargo, a las alturas que estamos, la lluvia nos ha impedido realizar las faenas de la huerta propias de estas fechas.
            Los frutales se encuentran a reventar de flores. Muchas se han lavado, y habrá que esperar a ver el nivel de cuajado de la fruta.
            En cuanto a la siembra de las patatas, que tendrían que estar desde mediados de Marzo, ya vamos muy retrasados. Yo las he sembrado ayer y eso porque he podido entrar a trabajar la tierra, que muchos tendrán que esperar a que se oree.
            Otro problema que aparece con una pluviometría tan alta son las enfermedades e insectos. Los hongos van a hacer su agosto entre los frutales y tendremos que estar preparados. Lo mejor es ir dando una pasada de purines de ortiga para intentar paliar algo la lepra y los hongos. Luego vendrán también los pulgones y mosquitos.
            Pero no todo va a ser negativo. El nivel de humedad en el terreno es excelente, y unido a la subida de la temperatura, va a facilitar la germinación de las semillas. Los semilleros están muy crecidos, y cualquier variedad de legumbre que pongamos, saldrá en pocos días. Los frutos silvestres serán muy abundantes este año, al producirse una floración exuberante.

           Dicen que los agricultores nunca estamos conforme. Pero también es verdad, que en este clima nuestro, extremo, o nos morimos de sed o nos ahogamos. Quizá deberíamos estar mejor preparados tanto para la sequía como para las inundaciones, pero ¿quién puede prever ambas contingencias?.