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martes, 29 de marzo de 2016

Creando patrones francos.


            Se llama árbol franco al ejemplar generado a partir de la semilla del su propio fruto. Dicho ejemplar es muy apreciado como patrón portainjertos por ser la planta mejor adaptada al terreno en cuestión, de todos los frutos que generó el árbol original. El hecho de haber tenido éxito en el propio pie del árbol, supone que va a ser más resistente en esas condiciones.

            Ayer, realizando faenas de siembra en las inmediaciones de un melocotonero durazno encontré tres almendras de hueso de melocotón germinadas ya con brote y raíz.
            Me apresuré a improvisar unos plantones reciclados con botellas de leche y a ponerlos al resguardo del frío y el viento. 
            No es la primera vez que lo hago, pues hace dos años lo conseguí y hoy se puede ver que, por primera vez va a desarrollar flores.
            Este ejemplar, debería haber sido ya injertado, pero al ver que tiene flores, voy a esperar otro año más y ver si cuaja los frutos, para ver si el propio árbol franco tiene una fruta aceptable, en cuyo caso no haría falta el injerto.
            Si no cuajan los frutos o son de baja calidad, aún tenemos la posibilidad de injertarlo con una púa del propio árbol original, y así garantizar la calidad de la fruta en un ejemplar totalmente rejuvenecido.