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viernes, 13 de marzo de 2015

Cultivo de Setas de Ostra (Pleurotus Ostreatus)


            Tengo que reconocer que cuando decidí cultivar esta seta, no tenía muchas expectativas. Sabía que el cultivo de champiñones es bastante complicado por necesitar humedad, calor y oscuridad, pero al parecer este otro tipo de hongo es más sencillo de criar.
            La seta de Ostra está emparentada con la seta de cardo (Pleurotus eryngii), aunque no es tan apreciada. Crece en la naturaleza en los troncos y tocones de árboles de madera blanda, como chopos, sauces y hayas y su carne es firme aunque algo dura en los ejemplares adultos, de sabor y olor agradable, buena comestible. El nombre lo recibe de la forma de su sombrero que es parecido a una ostra de mar.

            La forma de cultivarla es en apariencia sencilla. En la tienda se pueden encontrar unas alpacas de paja (pacas), forradas con plástico negro. La paja apretada está bañada en una sustancia blanca que contiene las esporas de la seta. Cuando encuentra las condiciones adecuadas de luz, humedad y calor, las esporas comienzan a desarrollarse. Sólo tenemos que ponerla en una zona ventilada pero que no reciba vientos fuertes, con luz del día pero sin que le de el sol, y hacer unos agujeros en el plástico.

            Al principio la coloqué sobre el suelo de tierra directamente, pero las condiciones no eran las adecuadas. Parece que le daba demasiado viento.
            Según las instrucciones que me dieron en la tienda, cada 20 días aproximadamente daría una cosecha, tras la cual permanecería como muerta durante otros 20 días.Nada de regar -aunque yo he pulverizado agua un par de veces-, pero que el suelo contenga humedad. Un sitio ideal puede ser una zona apartada de la huerta, donde se críe musgo. Podrían darse entre dos y cinco cosechas, llegando a producir alrededor de diez kilos de setas. Si la alpaca me costó unos 12€, y el precio del kilo de setas está en torno a los 6€, podría llegar a ser muy rentable.
            Pero la realidad creo que puede ser distinta. De momento, desde que la compré y hasta que ha empezado a producir han pasado dos meses y un cambio de ubicación. También es cierto que desde que se han empezado a ver las setas hasta que he recolectado las primeras, sólo han pasado 6 días, y sólo he recolectado un par de brotes. Ya veremos como sigue evolucionando.
            Las setas en general, incluida esta variedad, son nutricionalmente una joya gastronómica. Los nutricionistas hablan de los hongos en general como una fuente de proteínas de alta calidad. Contienen selenio, un micronutriente que desempeña una labor muy importante en nuestro metabolismo, como antioxidante, hipocolesterolemiante y protección ante algunos tipos de cáncer. El alto contenido en polisacáridos, estimula el sistema inmunológico.
            Contienen un tipo de glúcidos que las encimas humanas no puede digerir, pero que puede ser fermentado por unas bacterias que se encuentran en el cólon, haciendo que el efecto que produce en el organismo sea similar al que produce la fibra alimentaria, regulando el tránsito intestinal. Es por eso que son algo indigestas de digerir, pero curiosamente, personas que tienen una intolerancia diagnosticada a los champiñones (como es el caso de mi esposa), pueden comerlas sin muchas molestias.
            De la tierra a la mesa, o mejor de la alpaca a la mesa. Sólo enjuagarlas un poco, ya que no contienen tierra al haber nacido en la paja. Las troceamos, las rehogamos en aceite de oliva, con un sofrito de ajo y pimiento rojo y un poco de sal. Añadimos medio vasito de vino blanco y dejamos que se merme unos cinco minutos (las setas no deben cocinarse mucho). De aperitivo o añadiéndolas a unos espagueti cocidos están deliciosas. Bon appetit.