Los tiempos de los humanos y de la Naturaleza son
distintos. Hace sólo tres años que sembré los olivos y ya he tenido que cambiar
de opinión respecto de la ubicación que a priori me parecía de lo más adecuada.
La verdad es que sigo pensando que fue la mejor disposición, pero tampoco podía
prever que en este corto transcurso de tiempo la producción de aceituna me
permitiera poder fabricar mi primer aceite.
Ahora el problema es de espacio. Me refiero a que ya no
tengo sitio para poder realizar todas las faenas de la huerta y guardar mi
precaria maquinaria que necesito para ello. Mi alambique para hacer orujo, mi
espacio para almacenar las patatas enterradas en arena, sitio para la última
fase de maduración de los tomates y pimientos, la prensa para el aceite,
espacio para la motoazada, la motosierra, etc. Así que me veo obligado a
construir una pequeña nave, que se va a llevar por delante un par de olivos.
El caso es que me dan mucha pena, sobre todo uno de ellos
que está precioso, así que me decido a trasladarlo a otra ubicación, y si tengo
suerte salvarlo de una muerte segura.
Lo primero hago una pequeña zanja alrededor. Las fotos no
son muy buenas porque era ya atardecer. Poco a poco voy rompiendo raíces,
intentando dejar la mayor cantidad de cepellón posible.
Monto el olivo en una carretilla y lo traslado a la nueva
ubicación, donde ya tengo previamente un agujero proporcionado al cepellón.
Añado una pala de estiércol y riego con agua.
Coloco el olivo metiendo todo el cepellón. Queda algo más
bajo de cómo estaba, así estará más protegido.
Intento respetar en lo posible la orientación que tenía
originalmente. No sólo porque con esa orientación parece que ha tenido éxito
anteriormente, sino porque además la forma es la más adecuada para resistir los
vientos dominantes de la zona.
Arropo con más tierra apretando un poco entorno al
tronco. No importa que quede muy aporcado, ya que con los riegos se irá
tupiendo. Riego abundantemente y ya está. O no.
Falta un último toque. Hay que podar las ramas. Es una
pena, pero si no lo descargo de arriba, corremos el riesgo de que se seque
(aunque de todas maneras, lo tiene muy difícil pero seamos positivos).
Ahora tenemos que aumentar, al menos los primeros días,
el régimen de riegos, para facilitar que la raíz se vaya acomodando. La
primavera está cerca y va a demandar mucha agua y nutrientes.
Ojalá que esta nueva ubicación le proporcione una segunda oportunidad.