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miércoles, 19 de septiembre de 2012

La Col repollo

    Base de la alimentación durante milenios, originaria de centro Europa y la cuenca del Mediterraneo, era usada por los egipcios como planta medicinal. Los romanos la consumían frecuentemente, y era apreciada por combatir las borracheras, efecto sin duda de ser un potente diurético. En la Edad Media se usaba como remedio contra la gota, pues elimina el ácido úrico y en cataplasmas de hojas machacadas con aceite de oliva sirve para curar heridas, llagas, escoceduras, quemaduras etc. Rica en vitaminas, minerales y fibra, combate el estreñimiento el colesterol y regula la función de la glándula tiroides.

    La col repollo pertenece a la familia de las crucíferas, igual que el resto de coles (lombarda, coliflor, romanescu, de bruselas, etc.). Existen cientos de especies de col, aunque sólo las mencionadas son conocidas y todas tienen propiedades similares.
    Según las variedades pueden cultivarse durante todo el año, aunque yo sólo las cultivo en invierno. Aquí en Extremadura no obtenemos buenos resultados en verano, pues es un cultivo que demanda humedad en el terreno y el ambiente, y los veranos son muy secos. La planta aguanta muy bien las heladas, y puede crecer sin problemas con sólo 2-3 grados de temperatura. Suelo comprar los plantones en diciembre-enero, y tandan aproximadamente 90 días en estar para cosechar.

    Las prefiero pequeñas porque están más tiernas y aprovechables. La planta es bianual. Eso significa que la floración la produce al segundo año de plantada, así que si queremos recoger las semillas habrá que esperar a que florezca. Suele hacerlo a final de temporada, cuando llega el verano. Algún año especialmente seco, ha producido inflorescencias en primavera. Eso no es bueno, pues en el momento que monta en flor, las hojas se ponen durísimas.

    El cultivo, como siempre, en caballetes separados 60cm y 30-40 cm de separación cada planta. Yo aprovecho para meter a los lados del caballete, entre col y col un par de cebollas. Estas tandan más en desarrollarse, y da tiempo a eliminar la col, con lo que queda la cebolla para su total desarrollo en el mismo caballete.
    Culinariamente, la col está algo desprestigiada. En este mundo de comida rápida y precocinada no tiene cabida. Los que aún preferimos hacer la comida en casa sabemos que nunca se podrá superar el sabor de ese cocido de garbanzos con repollo, esas coles rehogadas con ajo y jamon o las famosas coles matanceras. La col cruda, rallada en ensaladas, y el revuelto de col (las hojas exteriores, mas duras, cortadas en tiras y ligeramente escaldadas, en revuelto con ajo, ajetes, huevo y jamón o gambas) o una receta que ni se de dónde la he sacado, consistente en un hervor a media col y media lombarda, y revuelto con panceta bañado con aceite refrito de ajo.

    Evidentemente con la última receta, adios a las propiedades beneficiosas de la col, pero el sabor lo merece.
    Ah, y cuidado a los propensos a generar piedra en el riñón. El ácido oxálico les estimulará su crecimiento. También deberán tener cuidado los que tengan problemas intestinales, pues comiendo mucha cantidad, se pueden producir irritaciones del intestino, y si vamos a sistir al cine, o al teatro, mucho ojo con la flatulencia que producen.

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