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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Zanahorias

    La primera vez que vi las semillas de zanahorias me parecía imposible que de esa cosa tan minúscula pudiera salir alguan planta. Es la semilla más pequeña que he visto, y por eso en los inicios de crecimiento es tan delicada.
    La zanahorias es de la familia de las Umbelíferas y su propio nombre científico nos da una pista del principio activo del que está compuesta (Carota), rica en caroteno que se transforma en vitamina A. Buena como antioxidante, anticancerígena y cardiotónica, es un regulador intestinal (tanto para el extreñimiento como para la diarrea), baja el colesterol y ayuda al buen mantenimiento de la piel, uñas, pelo, dientes y reduce la inflamación de las encías. Por eso, habría que hacer un esfuerzo por conseguir esta hortaliza.
   

    La zanahoria tiene una forma peculiar de sembrarse. Como requiere bastante agua y terrenos arenosos, lo mejor es ponerlas en una especie de contenedor en el terreno. Se puede sembrar casi en todas las épocas del año, pero salen mejor si se siembran al inicio de la primavera. Se prepara el terreno haciendo un laboreo de unos 15 a 20 cm de profundidad, para dejar suelta la tierra y facilitar el crecimiento de la raiz. Luego se hace un contenedor como el de la imágen, y se coloca la semilla en líneas separadas unos 7-8 cm. Como la semilla es tan pequeña, hay un truco. Se coge un puñado de semillas y se mezcla con un puñado de arena. Luego se va espolvoreándo en líneas. Esto hace que se distancien un poco las semillas. Luego se cubre todo con una finísima capa de arena. Cuando empiezan a brotar, se entresacan, dejando solo una zanahoria cada 5 cm.

    Si se dejan muy juntas el crecimiento es irregular y se quedan más pequeñas. Para recogerlas, por el tamaño de la parte verde no se puede saber la longitud ni el grosor de la zanahora, así que lo mejor es retirar con el dedo la tierra de alrededor de la cabeza para tener una idea. Hay que tirar verticalmente para evitar romperla, y si está muy dura, habrá que regar más y esperar a sacarla al dia siguiente.

    Una vez recogida, se conservan frescas en el frigorífico alrededor de un mes. Se corta la parte verde, se lavan para quitar la tierra y se escurren bien. Luego se meten en una bolsa de plástico a la que le haremos unos agujeros para que transpire.
    No admiten la congelación, pero a cambio, se pueden conservar en vinagre para las ensaladas: Se pelan y contan en rodajas, se ponen en un cazo con vinagre de vino, sal, pimienta negra y laurel (o tomillo, eneldo, estragón, según gustos), y se deja cocer durante 20 minutos. Se apartan, se ponen en un bote de cristal cubriéndolas con el propio vinagre y se tapan. Esperar un mes antes de consumir.
    Puede formar parte de platos que requieran un toque crujiente, como en salteados de verduras, croquetas de espinacas y no tan crujientes como menestras o ragús. Pero como más gusta la zanahoria es fresca. Acompañando a ensaladas en hilos o en juliana dan un toque de sabor muy sofisticado. O incluso en zumos.

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