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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Limones

    Cualquier huerto que se precie, debe tener un limonero. La verdad es que se trata de un árbol muy agradecido, con pocos requerimientos y que añade un toque de elegancia y luminosidad a toda composición vegetal.
     El limonero procede del sureste asiático, y fue introducido por los árabes en la península. Los jardines de Al-Andalus no se podían concebir sin naranjos y limoneros que juntos con los rosales y el ruido del agua de fuentes, canales y acequias, mas el olor a rosa y azahar configuraban el el paisaje urbano de aquella época. Amantes del buen vivir estos árabes. También hay constancia de su uso en Palestina y Persia, incluso se pueden ver en frescos de Pompeya.

    El limonero es un cítrico de la familia de las rutáceas, con porte mediano y ramas más abiertas que los naranjos. Sus hojas son verde intenso, robustas y sin alas, y cuando se tronchan desprenden un fuerte olor a limón. El extremo de los brotes es de color morado llamado "sumidad", y conforme  va creciendo torna a verde pálido, para terminar en verde fuerte. En las axilas de las hojas, desarrollan espinas muy puntiagudas y duras, además de las yemas que son muy apropiadas para injertos.

    Los limoneros, al contrario de los naranjos y demás cítricos, son capaces de realizar varias floraciones al año (es lo que se llama floración continua). Por eso tradicionalmente se les ha llamado luneros, ya que se pensaba que cada vez que cambia la luna producían una floración. No es totalmente cierto, sino que hay variedades que producen 2, 3 y hasta 4 floraciones al año. Incluso en algunas variedades si se les dejan algunos limones sin cosechar, fuerza la floración. Ahora sabemos que pueden florecer según las condiciones climatológicas, los regímenes de riego e incluso los tratamientos de abonado. Por regla general, los limoneros adaptados a nuestro clima que son mas cosechados son los de la variedad "común" o de mesa, que da unos limones redondos, carnosos y de piel lisa y la variedad "verna", que es mas puntiaguda, con piel más gruesa y algunas semillas.   

    Los limoneros son muy sensibles al frío. Las heladas pueden dar al traste con ellos, aunque si es viejo aguanta mucho mejor que los jóvenes. El problema es que se hiele la raíz, pues de la helada superficial puede recuperarse (es más, se recuperan mejor que los naranjos). Con respecto al suelo, no es muy exigente, pues casi pueden sobrevivir en escombreras, pero si son muy vulnerables a la salinidad del terreno. Los suelos muy calizos y sobre todo, cuando se riega con agua de pozo (aquí en las vegas del Guadiana el agua de pozo es muy calcarea, se dice que son aguas duras), les produce una enfermedad llamada "clorosis" que hace que las hojas se pongan amarillas (el carbonato cálcico se adhiere a la raíz y le impide la absorción de otros minerales), que habrá que tratar con "quelato de hierro" (disocia el carbonato cálcico).

    Los limoneros -sobre todo si viven en patios- son vulnerables al minador de los cítricos Phyllocnistis citrella y a cochinillas y virus, aunque la mayoría de estos animalillos sucumben con las heladas del invierno. Claro que siempre hay gente que les da pena ver las hojas arrugadas y no se resisten a tratarlos con insecticidas y fungicidas. Yo no soy partidario. Prefiero no comerme los productos aunque las hojas del árbol estén mas feas. Un tratamiento intermedio, y para evitar la melaza que producen ciertos hongos, consiste en rociar las hojas con detergente líquido de lavavajillas muy diluido en agua. No lo he probado, pero parece efectivo y no daña ni al árbol ni pasa al fruto.
    Los limones tienen poder antiseptico y un buen porcentaje de vitamina C y P. Son astringentes, por lo que el zumo se usa en dietas líquidas y para cortar las diarreas. Pongo aquí la receta de la Limonada Alcalina, buena para rehidratar el organismo tras una gastroenteritis: 1 litro de agua hervida o embotellada, el zumo de 2 limones, 1 punta de cuchillo de sal, 2 puntas de cuchillo de bicarbonato y azucar o sacarina al gusto.
    Es empleado en zumos, en repostería y cocina. Como sustituto del vinagre, para evitar la oxidación de otros alimentos. En perfumería y formando parte de productos de limpieza (es capaz de eliminar con facilidad las manchas de grasa de los tejidos).

    El limonero es un buen patrón de injertos. En esta foto se puede ver el injerto de naranjas navel que le hice al mio. Duran muchisimo tiempo (y además cuanto más viejo, más se cotizan). El mío debe tener unos 30 años, y tras un período de unos 15 años sin que le hicieran ni caso, en cuanto hemos empezado a regarlo le hemos saneado el tronco que estaba podrido y alguna poda algo más agresiva, ha vuelto a la juventud. Esperemos dure al menos otros 30 años.

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