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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Calabacín

    Si hay una planta en el huerto que es agradecida esa es la mata de calabacín.
    Altamente productiva, es la reina de las cucurbitáceas (de la familia de los melones, sandías y pepinos). El calabacín es un 90% agua, con un alto contenido en fibra, hidratos de carbono y pequeñas cantidades de proteina y grasa.
    Hay registros de ser cultivados en la cuenca del Nilo por los egipcios, en Roma y Mesopotamia y en todo el Mediterráneo, sin embargo, hay otras fuente que hablan de que vinieron de mesoamérica. Ambas versiones pueden ser correctas, pues puede que vinieran algunas variedades de América. Sin embargo en centroeuropa no se extendió su consumo hasta la II guerra mundial.   
    A finales de marzo, podemos ir preparando el semillero, aunque se puede sembrar la semilla directa al terreno, protegiéndola con un plástico para evitar que los fríos de la noche retarden la germinación. La manera es hollar la zona donde irá la semilla enterrada en el fondo unos 2 cm. y cubrir el caballete con un film transparente. Cuando empiece a germinar se taladra el plástico, permitiendo que salga la planta al ir creciendo. Al adquirir la planta unos 12-15cm se puede retirar totalmente el plástico, aporcando el tallo para fortalecerlo.


    Si optamos por el semillero, habrá que trasplantarlo cuando tenga un par de hojas verdaderas (lo primero que sale son los cotiledones de la semilla que al recibir la luz empiezan a hacer la fotosíntesis tiñiendose de verde por la clorofila. Después salen las hojas verdaderas e inmediatamente comienza a producir flores.).
    Las flores que da son unas masculinas y otras femeninas. En zonas donde no hay insectos que realicen la polinización, se pueden fecundar con un bastoncillo de algodón, pero espero que ninguno tengáis ese problema. Las femeninas se diferencian porque el tallo de la flor está ligeramente engordado (que es lo que será el calabacín adulto).

    Las calabacineras necesitan mucha agua, y casi nada más. No es muy exigente con el terreno, y en cualquier sitio se pueden tener cosechas superabundantes. Eso si, como norma se deben retirar los ejemplares defectuosos lo antes posible, así como las flores marchitas y las hojas secas de la base. Si mantenemos la planta limpia de todo ello, evitaremos que se enferme.
    Apenas adquieran 20 cm los calabacines se podrán empezar a consumir. No conviene dejarlos que maduren totalmente, pues eso haría que salieran piezas enormes y muy duras. También el aumento de volumen conlleva un aumento en el tamaño de las semillas y un empobrecimiento de la pulpa. El tamaño ideal es entre 20 y 35cm.

    Existen variedades de calabacines que no difieren en sabor, sólo en apariencia, dependiendo de que color sea la piel. Va desde el verde intenso y brillante al amarillo casi gris, pasando por el más corriente de piel de lagarto.
    Aquí una foto de la variedad verde claro o Grison:

    En cuanto al la manera de conservarlos, en el frigorífico puede aguantar dos semanas, pero es una verdura que soporta muy bien la congelación una vez hervido, puediendo superar el año sin perder propiedades.
    Gastronómicamente, el plato estrella es el pisto y las cremas de calabacín, aunque a la brasa con un poco de sal y un chorro de aceite de oliva, están buenísimos. No obstante, como más me gustan es cortados a rodajas finas de unos 3 mm rebozados en huevo y harina y fritos. Dan mucho trabajo, pero están deliciosos.

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