Una batería de
minerales para nuestro organismo. La remolacha roja muy consumida
por las civilizaciones antiguas del Mediterráneo, y hoy ya
casi olvidada por el consumidor moderno. Es un potente
anticancerígeno por su riqueza en flavonoides, sus folatos
previenen las enfermedades del corazón, su riqueza en
hierro favorece la producción de hemoglobina, rejuvenece
por su contenido en ácido fólico, el sodio, el
potasio, la fibra, azúcares, un alimento más que
completo, yo diría que indispensable.
La remolacha se siembra en todas las épocas del año, pero en Extremadura la mejor manera es de semilla directa al terreno en Enero o Febrero. Se puede repetir la siembra cada 20-30 días, para tener una producción continua a partir de Abril. Necesita bastante humedad del suelo, y terrenos ricos en potasio. Las semilas se dejan una hora antes en agua para facilitar la germinación. Se siembran al tresbolillo en lomas de 4-5 cm de altura, y a 2 cm de profundidad.
La remolacha se siembra en todas las épocas del año, pero en Extremadura la mejor manera es de semilla directa al terreno en Enero o Febrero. Se puede repetir la siembra cada 20-30 días, para tener una producción continua a partir de Abril. Necesita bastante humedad del suelo, y terrenos ricos en potasio. Las semilas se dejan una hora antes en agua para facilitar la germinación. Se siembran al tresbolillo en lomas de 4-5 cm de altura, y a 2 cm de profundidad.
Conforme va creciendo la raiz, va saliendo ligeramente del terreno, marcándose claramente la forma de peonza de la remolacha. Cuando ésta tiene un diámetro de unos 5 cm, se empiezan a sacar. Hay que tener cuidado, porque cerca de una remolacha grande, puede haber otras mas pequeñas que deberemos dejar para que continúen creciendo. La remolacha se saca tirando de las hojas. No hay que utilizar ninguna herramienta para no dañarla, y sobre todo no dañar la raiz pivotante.
De la remolacha se aprovecha todo. Las hojas se pueden comer hervidas y rehogadas al igual que las acelgas. La forma de consumir el bulbo es cocido: Una vez lavados se cuecen en agua, sin cortarles la raiz pivotante (se desangrarían y se pondría el centro de la remolacha blanco), hasta que trinchándolos con un tenedor lo notemos tierno. Después se aparta y se tapa dejándolo en el agua hasta que se enfríe. Se pelan de manera similar a las patatas cocidas y se trocean en rodajas (si se van a añadir a las ensaladas se pueden trocear a tiras). Se colocan en una fuente y se aliñan con cebolla muy picada, sal, vinagre y aceite (en ese orden para no tener que revolver). Un par de horas después estarán tomadas. Están deliciosas.
Ah, no os asustéis si orinais rojo. Los pigmentos betacianina y betaxantina (se utilizan como colorantes para otros alimentos), son indigeribles, pero inofensivos. Por eso, se eliminan con la orina.
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