Estamos a principio de
marzo, y desde mediados de febrero, podemos ver cómo se
empiezan a cuajar de flores los frutales. Los primeros en hacerlo
son los nectarinos, unos días después los ciruelos,
y a continuación los melocotoneros.
Y es que esto no hay quien lo pare ya. A pesar de que la primavera no empieza este año (2011), hasta el 21 de marzo, concretamente a las 00:21, la naturaleza empuja la vida a todas las plantas. Es un milagro dificil de comprender, y por eso mismo es mágico.
Desde finales de noviembre hemos visto como morían aparentemente todos los árboles con fruta de hueso. Ahora reviven ofreciéndonos toda su belleza. Estos árboles hacen que brote primero la flor. Los almendros, ciruelos, melocotoneros, nectarinos, albaricoques, etc. Seguidamente surgen unos brotecillos que hacen que destaquen más las preciosas flores.
Aquí un ejemplo: El nectarino
Pocos cuidados tienen estos resisténtes jabatos de la naturaleza. Sólo les afecta un problema que si se ataja a tiempo, se resuelve con facilidad. Yo no soy muy partidario de medicar las plantas. Entre otras cosas, porque si nos gastamos pasta en productos, es probable que nos sea más barato comprar la fruta en el super. Pero quizá en este caso merezca la pena.
Los nectarinos y melocotoneros son fruto de experimentación genética constante. Quizá eso haga que se hayan vuelto más vulnerables a hongos y bacterias, por lo que se contaminan de una enfermedad llamada lepra. No afecta para nada al consumo de la fruta, ya que los efectos son una serie de bultos en la superficie de la fruta. Estos bultos son de la misma carne que el resto de la fruta, y no se diferencian en nada ni en el sabor ni en la textura, únicamente la afean. Las hojas del arbol se arrugan y desarrollan gran espesor, volviendose pesadas y con un aspecto feo.
La solución es un fungicida. Se compra en las tiendas especializadas en productos fitosanitarios. La cura, según la proporción del fabricante se tiene que hacer antes de que abra la flor, rociando todas las ramas, cuando aún está el capullo. Diez días después se vuelve a repetir la cura.
Aquí un ciruelo.
Los ciruelos no son tan atacados por la lepra, y si por los pulgones.
En este caso soy más partidario de observarlo, y si aparecen pulgones en los brotes de hojas, tratarlos con algún insecticida para pulgones. Hay quien pinta los troncos con cal blanca, para evitar que suban las hormigas. Recordemos que las hormigas utilizan los pulgones como vacas, que ordeñan para sacarles el néctar que chupan de las plantas, tomándose incluso el trabajo de cambiarlos de sitio para que recolecten más. Si evitamos que suban hormigas por el tronco, evitaremos también los pulgones.
Cuando las flores cuajen la fruta, se procederá al entresacado, eliminando todas las frutas que aparezcan en cada rama, dejando sólo una cada 5 o 6 cm., empezando por la punta de la rama. La fruta que está en la punta no la engordará el arbol, por lo que es la primera que habrá que eliminar.
Y es que esto no hay quien lo pare ya. A pesar de que la primavera no empieza este año (2011), hasta el 21 de marzo, concretamente a las 00:21, la naturaleza empuja la vida a todas las plantas. Es un milagro dificil de comprender, y por eso mismo es mágico.
Desde finales de noviembre hemos visto como morían aparentemente todos los árboles con fruta de hueso. Ahora reviven ofreciéndonos toda su belleza. Estos árboles hacen que brote primero la flor. Los almendros, ciruelos, melocotoneros, nectarinos, albaricoques, etc. Seguidamente surgen unos brotecillos que hacen que destaquen más las preciosas flores.
Aquí un ejemplo: El nectarino
Pocos cuidados tienen estos resisténtes jabatos de la naturaleza. Sólo les afecta un problema que si se ataja a tiempo, se resuelve con facilidad. Yo no soy muy partidario de medicar las plantas. Entre otras cosas, porque si nos gastamos pasta en productos, es probable que nos sea más barato comprar la fruta en el super. Pero quizá en este caso merezca la pena.
Los nectarinos y melocotoneros son fruto de experimentación genética constante. Quizá eso haga que se hayan vuelto más vulnerables a hongos y bacterias, por lo que se contaminan de una enfermedad llamada lepra. No afecta para nada al consumo de la fruta, ya que los efectos son una serie de bultos en la superficie de la fruta. Estos bultos son de la misma carne que el resto de la fruta, y no se diferencian en nada ni en el sabor ni en la textura, únicamente la afean. Las hojas del arbol se arrugan y desarrollan gran espesor, volviendose pesadas y con un aspecto feo.
La solución es un fungicida. Se compra en las tiendas especializadas en productos fitosanitarios. La cura, según la proporción del fabricante se tiene que hacer antes de que abra la flor, rociando todas las ramas, cuando aún está el capullo. Diez días después se vuelve a repetir la cura.
Aquí un ciruelo.
Los ciruelos no son tan atacados por la lepra, y si por los pulgones.
En este caso soy más partidario de observarlo, y si aparecen pulgones en los brotes de hojas, tratarlos con algún insecticida para pulgones. Hay quien pinta los troncos con cal blanca, para evitar que suban las hormigas. Recordemos que las hormigas utilizan los pulgones como vacas, que ordeñan para sacarles el néctar que chupan de las plantas, tomándose incluso el trabajo de cambiarlos de sitio para que recolecten más. Si evitamos que suban hormigas por el tronco, evitaremos también los pulgones.
Cuando las flores cuajen la fruta, se procederá al entresacado, eliminando todas las frutas que aparezcan en cada rama, dejando sólo una cada 5 o 6 cm., empezando por la punta de la rama. La fruta que está en la punta no la engordará el arbol, por lo que es la primera que habrá que eliminar.
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